Financiera y económicamente hablando, el capital es un conjunto de recursos financieros, físicos y monetarios con los que cuenta una empresa. Las empresas utilizan estos recursos para echar a andar sus operaciones. El capital de una empresa está compuesto por diversos tipos de activos, estos pueden ser activos tangibles e intangibles. Además, existen otro tipo de recursos que aportan valor a la empresa, como su marca, el personal especializado o sus patentes.
Tipos de capital financiero
Existen diferentes tipos de recursos que integran el capital de una empresa. Entre los principales tipos de capital financiero podemos mencionar los siguientes:
Capital Variable.
El capital financiero variable es un tipo de capital que va cambiando según las necesidades de las empresas. Algunas empresas se constituyen como Sociedades de Capital Variable porque de esta forma pueden aumentar su capital sin modificar su acta constitutiva.
Capital Financiero Público.
Es el capital que poseen o que proviene de instituciones públicas o gubernamentales.
Capital Privado.
Este Capital es el que proviene de particulares socios comerciales o empresas.
Capital Contable.
Son todos aquellos recursos financieros netos que pertenecen a los propietarios o accionistas. Es decir, se trata del capital neto que posee la empresa una vez que se han deducido todas las deudas y obligaciones. El capital contable está integrado por el capital social, las utilidades y las reservas generadas por la empresa.
Capital Social.
El capital financiero social está integrado por el conjunto de recursos aportados por los socios u accionistas, el cual puede aumentar con aportaciones adicionales.
Capital Financiero Humano.
El capital humano está integrado por el talento humano de una empresa. Por lo tanto, está relacionado directamente con el valor que este talento aporta en términos de conocimiento y habilidades.
Capital de Riesgo.
El capital de riesgo son los recursos que se invierten en acciones de capital de riesgo. El objetivo de este capital es incrementar su fondo inicial gracias a los rendimientos que se obtienen de dichas acciones.
Capital de deuda.
El capital de deuda de una empresa es el que proviene de los recursos obtenidos a través de financiamiento, puede ser bancario, en bonos u obtenido por otros medios.
Capital Financiero de trabajo.
Es el capital que toda empresa necesita para mantener sus operaciones a flote. El capital de trabajo sirve para cubrir los gastos de efectivo de una empresa, así como las cuentas por cobrar y los inventarios.
Capital Financiero de Trabajo en Proceso.
Este tipo de capital sirve para financiar los procesos productivos de trabajo. Además, se utiliza para costear materiales, manos de obra y otros costos de producción.
Capital Financiero Líquido.
Se refiere al flujo de efectivo que tiene una empresa o a la facilidad que tiene una empresa de convertir el capital en efectivo.
¿Cuál es el objetivo del Capital en una organización?
Es importante recalcar que las empresas deberán hacer el cálculo de cada tipo de capital con la finalidad de saber como asignar o solicitar recursos. No olvidemos que el fin de una empresa es maximizar sus recursos, y buscar un retorno de inversión positivo, que le ayude a mantenerse activa. Además, el capital financiero también debe ayudar a incrementar su rentabilidad y valor en el mercado. Entre los principales objetivos del capital en una organización podemos definir los siguientes:
Financiar operaciones: El capital de una empresa debe tener la capacidad de financiera las actividades operativas. Es decir, que debe ayudar a cubrir salarios, suministros y alquiler.
Invertir en activos: Así mismo, también se utiliza para invertir en compra de materiales, equipo, tecnología o demás activos que puedan impulsar el crecimiento de la empresa.
Financiar el crecimiento y la expansión: Una buena gestión de capital puede ayudar a las empresas a expandirse, abrir nuevas sucursales, adquirir plantas de producción o diversificar su línea de productos.
Gestionar el riesgo: Un adecuado manejo del capital puede ayudar a las empresas a blindarse ante situaciones imprevistas. Por ejemplo, situaciones económicas como la inflación, fenómenos naturales, sociales o de salud, como la pandemia pasada.
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